Cada etapa en la vida tiene sus peculiaridades y la de los treinta años está marcada por el paso a la madurez. Es una temporada de compromisos y de definición, desde casarse o bien no hacerlo, formar una familia o bien vivir en pareja. Se trata de los errores financieros que debes evitar por el bien de tus finanzas personales.
Desde punto de vista financiero, los treinta son el instante ideal para comenzar a ahorrar si aún no lo has hecho.
1. Tener mejor coche que tu amigo
A los treinta empezarán a llegar los ascensos y las mejoras salariales. La mayor parte de personas considera que cuando estos lleguen ahorrarán, sin embargo, la realidad es que pocos lo hacen. La causa es conocida como “la carrera de la rata” de acuerdo con R. Kiyosaki, cuanto más tienes, más gastas y más te endeudas. Desafortunadamente, el sistema financiero te da todas las facilidades para que te endeudes más si tus ingresos crecen.
Tener determinadas cosas como un Mercedes o un BMW son homónimo de estatus social, de triunfador. Mas asimismo, es una trampa por el hecho de que necesitarás mucho dinero para sostener dichas cosas.
Deja de fijarte en el auto que trae tu amigo y comienza a pensar más en ti, en tus necesidades y objetivos. Carlos Slim afirma “Cuando vives para la opinión de los demás, estás muerto.”
Recuerda que los lujos no se pagan a crédito. Mejor invierte en tu libertad financiera y cuando llegue el momento, con los frutos de tus inversiones cómprate el auto de tus sueños.
2. Endeudarte para pagar tu boda
Nuevamente la deuda aparece en el horizonte, esta vez con la boda.
Mucha gente tiende a solicitar un crédito para casarse. El inconveniente es que al hacerlo posiblemente te gastes más de lo que pensabas.
No obstante, lo peor es que empezarás tu matrimonio atado a una deuda, con todas y cada una de las tensiones que eso implica.
Además de esto, nuevamente vas a estar pagando intereses al banco, los créditos personales tienden a tener las tasas de interés más altas del mercado.
Una boda cara no te asegura un matrimonio exitoso y duradero. Sin embargo, iniciar un matrimonio con demasiadas deudas puede generar estrés en la pareja y desencadenar conflictos y problemas que quebranten la relación. Las discusiones por dinero son las más frecuentes en pareja.
Si no tienes dinero ahorrado para una gran celebración, mejor opta por algo sencillo con tus familiares y amigos cercanos. Tampoco se vale hacer que tus padres o suegros se endeuden para pagar tu boda.
3. Tener una hipoteca de por vida
La estadística es clara. La mayor parte de la gente tiende a adquirir su hogar entre los 30 y 40 años. Sin embargo, lo hacen de la peor forma posible. Desafortunadamente adquieren hipotecas con plazos ¡de 30 años!
Las hipotecas en un largo plazo favorecen al banco y te afectan a ti. A mayor plazo pagarás mas intereses y comisiones. Los expertos recomiendan dar un enganche de al menos el 30% y pagar la hipoteca a un plazo no mayor de 15 años. Si no puedes dar este enganche mejor espera y sigue ahorrando o bien, busca un inmueble más barato. Si tus mensualidades te quedan muy altas con un plazo de 15 años, te conviene seguir rentando, de lo contrario pagarás demasiado en intereses.
Un crédito hipotecario trae consigo una serie de costos como los propios intereses y sus impuestos, seguro del crédito, seguro del inmueble, comisiones de apertura, avalúo y gastos notariales, aparte de los gastos de mantenimiento del mismo inmueble.
4. No preocuparte por tu libertad financiera
Postergar el ahorro es el error más frecuente. Desde los treinta, el tiempo comienza ya a jugar en contra tuya para edificar tu libertad económica que te dejará tener una jubilación y realmente lograr tus objetivos vitales.
Para lograr tu libertad financiera deberás comenzar por ahorrar. Ahorrar un 20% de tus ingresos es posible si sabes de qué manera hacerlo. Es cuestión de decisión, cada año que pases sin ahorrar, lo lamentarás.
No seas víctima de la resistencia. De acuerdo con Victor Hugo Manzanilla, la resistencia, es una fuerza antagonista que busca mantenerte en estado de reposo y si logras salir, se encarga de regresarte a dicho estado. A la resistencia se le vence con la acción. La resistencia te dice “Tranquilo… ahorra el siguiente mes, necesitas un nuevo equipo de sonido, disfruta hoy, no te preocupes por el mañana, realmente te mereces ese equipo de sonido, haz trabajado mucho.”
Vence la resistencia y ponte a ahorrar ya.
5. Detener tus planes de ahorro ante la llegada de los hijos
Pocas cosas hay más gratificantes que formar una familia. La llegada de un bebé es un instante de alegría y asimismo de determinado caos para amoldarse a la nueva vida. Para muchos, esto se traduce en inmovilizar todo plan financiero en curso.
El argumento frecuente es que un pequeño supone más gastos y que va a ser preciso reevaluar la economía familiar y estacionar durante un momento todo plan de ahorro. Se trata de un error que además de esto choca con la lógica que dicta que con un bebé el ahorro y edificar un plan para el futuro es aún más esencial. En verdad, aparte de ahorrar para buscar tu libertad financiera, deberás ahorrar para gastos que acabarán llegando, como los estudios.